Tras muchos años de estar acompañando este proceso de aceptación y de conocimiento de la discapacidad, hemos entendido que la importancia de la naturalización de la misma en el seno de la sociedad es fundamental. Debemos cambiar conceptos que fueron buenos en un primer momento, pero que de a poco limitan una idea global o amplia del tema. Más allá que podemos decir que es una cuestión semántica la forma de expresarse, hablar de integración o inclusión, hoy es de alguna manera limitante, ya que el integrar o el incluir es incorporar a alguien que está afuera a un espacio que es de otros. En nuestro pensamiento si nosotros incluimos a alguien, de alguna manera estamos sumándolo a nuestro propio esquema y con nuestras formas o las formas que plantea la sociedad.
Entendemos que si bien es un avance, todavía no llegamos a ver al otro como un par, sino como alguien a incluir. Cuando el otro es un par, desarrollamos un concepto diferente, como es el de la Convivencia, que implica encontrarnos en un plano de igualdad donde ambas partes aportan desde sus posibilidades, porque estamos incorporando claramente el concepto de PERSONA. Ambos somos personas que tenemos diferentes posibilidades, historias, realidades que puestas en común, permiten enriquecer tanto a una como a la otra. Habitualmente, por como es nuestra sociedad vemos claramente las discapacidades en las otras personas, sin prestar atención o detenernos en reconocer sus capacidades.
Muchas veces pareciera que estamos ubicados en un plano superior, ya que tenemos que incluir a las personas con discapacidad en el ámbito que actuamos, cuando en realidad si no excluimos previamente a nadie, cual es el objeto de incluirlos, ya que estamos de alguna manera aceptándolos en nuestro círculo. Desde otra óptica, quizás mas amplia y menos «inclusiva», interactuar con la otra persona implica convivir con ella, compartir sus realidades y que ellos compartan las nuestras. Construir un espacio de sana convivencia, donde cada uno aporta lo suyo, respetando los tiempos y necesidades del otro, es posiblemente un importante objetivo a plantearnos.
La amplitud de criterio, el conocer debidamente la proyección de las ideas que estamos planteando, permite sensibilizar y plasmar una sociedad diferente, que incorpore conceptos universales en todos los aspectos, dejando de lado definitivamente aquellos que adaptan para incluir en estructuras con parches. La universalidad implica contemplar todo previamente, sin tener que adaptar luego de acuerdo a las necesidades no contempladas, ni consideradas.
Hoy en día, todavía no tenemos afianzados estos conceptos y muchas veces en el afán de hacer, de mejorar, pero sin incorporar esta idea de universalidad, se desarrollan obras que son viejas al inaugurarlas porque adolecen de fallas de funcionalidad y no preveen la accesibilidad universal que hoy debe ser totalmente natural.
Abrir las mentes para ver mas allá, no quedarnos en esquemas que están perimidos, pero que todavía se manifiestan en nosotros.
Alberto Alvarez Quiroga


